La guerra en Ucrania obliga a cambiar prioridades para asegurar la seguridad alimentaria en Europa

La invasión rusa de Ucrania va a suponer un replanteamiento de las estrategias agroalimentarias en la Unión Europea para buscar flexibilizar algunas medidas de la Política Agraria Común con el fin de incrementar las producciones y reforzar la soberanía alimentaria.

Redacción

Este fue, precisamente,  el principal asunto de debate en el Consejo extraordinario de ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea del pasado 2 de marzo. Los ministros, reunidos por videoconferencia, analizaron las posibles repercusiones de este conflicto en la situación del mercado para los productos agroalimentarios, así como en el acceso a materias primas e insumos agrícolas.

Tras la sesión, el comisario de Agricultura de la UE, Janusz Wojciechowski, expresó su intención de activar instrumentos que se centran en la vigilancia de las crisis, como el Mecanismo Europeo de Preparación y Respuesta ante las Crisis de Seguridad Alimentaria, creado por la Comisión.

Wojciechowski planteó también la posibilidad de introducir medidas excepcionales en virtud del Reglamento por el que se crea la organización común de mercados dirigidas a los sectores más afectados por la subida de los costes de los insumos.

Asimismo, el comisario europeo indicó que estudiarán la adopción de medidas destinadas a garantizar y liberar la capacidad de producción de Europa en 2022, como la utilización de tierras en barbecho para los cultivos proteaginosos.

Todas estas medidas serán debatidas en el Comité Especial de Agricultura, así como en el próximo Consejo de Agricultura, que se celebrará el 21 de marzo.

Repercusión en España

En su intervención en el Consejo extraordinario de Agricultura de la UE, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, solicitó a la Comisión Europea medidas urgentes que aseguren el abastecimiento en el mercado europeo de los productos más afectados por la guerra en Ucrania, en especial, cereales y oleaginosas, y afirmó que “preocupan no solo los precios, sino también la disponibilidad de las materias primas”. Planas solicitó  medidas de apoyo en el marco de la Organización Común de Mercados Agrarios y adaptar las ayudas de la PAC a las nuevas circunstancias para disponer de mayor superficie destinada a la producción de cereales y oleaginosas.

Al día siguiente, en el Comité Asesor Agrario, el ministro analizó de nuevo las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania en los mercados agroalimentarios, en esta ocasión junto a las organizaciones profesionales agrarias Asaja, COAG y UPA. Luis Planas aseguró que “estamos ante una situación excepcional, que requiere de medidas excepcionales”, poniendo de manifiesto la necesidad de actuar con celeridad para asegurar la producción y abastecimiento alimentario en Europa. 

Tanto el ministro como las organizaciones agrarias compartieron la preocupación por que se produzca un encarecimiento de precios y tensiones en el abastecimiento de algunos productos, dada la importancia de Ucrania y Rusia como dos de los grandes productores mundiales de cereales y oleaginosas, y teniendo en cuenta que la actividad comercial desde Ucrania está totalmente paralizada y hay dudas sobre las posibilidades de siembra y producción para la próxima campaña.

El ministro ha señalado que se trata de un problema que afecta al conjunto de Europa y, aunque no se prevén problemas de desabastecimiento, hay que adoptar medidas en el seno comunitario para asegurar la producción y evitar rupturas en las cadenas de suministro.

Así lo volvió a recordar en el Congreso de los Diputados, el 9 de marzo, señalando el trabajo que está realizando el Gobierno en el seno de la UE para buscar alternativas que aseguren el abastecimiento de productos importados de Ucrania, como el maíz y el aceite de girasol que, junto a los fertilizantes, son tres de las principales preocupaciones.

Con respecto al otro producto más importado de Ucrania, el aceite de girasol, el ministro ha asegurado que se van a buscar otros mercados suministradores, si bien en España “tenemos la suerte de ser el primer productor mundial de aceite de oliva, más un 45% del total, por lo que no tenemos un problema de grasas vegetales”.  En cuando a los fertilizantes, cuya producción está muy vinculada al gas, Planas ha recordado que el 50% de estos productos que se consumen en España son de producción nacional.