23/08/2017
Las tecnologías de la información han transformado nuestra realidad como nunca hubiéramos soñado: nuestro ocio, nuestra economía, la forma en la que compramos, nos comunicamos y trabajamos, hasta la forma en la que nos relacionamos entre nosotros, ha cambiado.
Tecnologías que también han llegado a nuestro sector y auguran el advenimiento de una nueva revolución en la forma en la que producimos y, sobre todo, como gestionamos y planificamos nuestra actividad.
Por Antonio Martínez, periodista agroalimentario.
Si miramos a nuestro alrededor, es casi imposible encontrar un sólo aspecto de nuestra vida en el que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no estén presentes. En especial, en el campo de la economía. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calculaba que, en 2014, casi el 95% de las empresas de sus 36 países miembros contaban con banda ancha y el 50% realizaban comercio electrónico. Pero, como todos sabemos, su impacto real va mucho más allá de estas cifras. Parece evidente que nuestro sector no es ajeno a esta revolución.
Ninguno lo es, asegura Rafael Olvera, director general de Producción Agrícola y Ganadera de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía: “Internet y las nuevas tecnologías son una realidad que ha llegado a todos los sectores. Podemos presuponer que hay dos opciones. Una de parapetarnos en el pasado, o bien subirnos a la ola. Esto es un reto, pero también una oportunidad. Nosotros, desde hace tiempo, tenemos claro que esta conversión digital era una oportunidad que había que aprovechar”.
José Luis Miguel, director técnico de la organización agraria COAG, habla del tremendo salto en la forma de trabajar en nuestras explotaciones que va a propiciar la adopción de las TIC: “Muchas cosas que antes hacías de una forma, ahora las vas a tener que hacer de otra a través de la digitalización. Nada es lo mismo”.
No hay vuelta atrás
Los profesionales del sector de las nuevas tecnologías auguran que sólo aquellos que sepan adaptarse, sobrevivirán. Es lo que asegura Jorge Gonzalo, director de la empresa Agrifood AT especializada en la transferencia de tecnologías al sector agroalimentario: “Tú necesitas saber lo que está pasando en una nave u otra de tu explotación y saber el coste de producto unitario. Para eso necesitas datos. Si no tienes esos datos nunca vas a poder evaluar tu rentabilidad y nunca vas a ser competitivo”.
Pero esa adaptación al mundo de las tecnologías de la información y a la digitalización puede ser todo, menos sencilla. Como nos recuerda Rafael Olvera, el sector ganadero tiene unas peculiaridades que hay que tener en cuenta: “De forma general, en el agro, la aplicación tiene unas connotaciones específicas que hay que ir adaptando. Quizás, en el ámbito de la ganadería, por lo que supone y por la idiosincrasia de los ganaderos, que están en zonas rurales en las que a lo mejor no existe todavía banda ancha, tienen un tratamiento un tanto especial”.
José Luis Miguel recalca que la falta de infraestructuras adecuadas es un factor determinante cuando se analiza el grado de implantación de todas estas tecnologías en el sector agrario que, no olvidemos, es eminentemente rural: “Tú instalas unos sensores en la explotación. Sensores que son Internet on things (Internet de las cosas). Que tienen que estar enviando información constantemente. Si no tienes banda ancha, ¿qué haces? Necesitamos que haya unas infraestructuras básicas para que esto funcione. Castilla y León es uno de los sitios con más problemas. Es un claro factor limitante”.
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