26/09/2016
Por César Marcos, Periodista agroalimentario
El otro lado del mar Mediterráneo se ha erigido como destino de primer orden de ganado vivo, tanto vacuno como ovino, desde comienzos de esta década, un negocio que convive con la exportación de carne por la demanda creciente en la región ribereña. El sector productor nacional genera confianza en términos de sanidad animal y manejo de los animales, argumentos que facilitan la hechura de acuerdos con destinos de países terceros, cuyas negociaciones recaen en las manos de nuestras autoridades. El futuro del negocio consiste en elevar la mirada cada vez más lejos.
ibia es el comprador estrella de las exportaciones españolas de ovino vivo. “Fue el principal mercado receptor con más de 700.000 cabezas durante 2015”, ilustra con cifras, Juan Carlos Pozo Crespo, director general de Oviso, cooperativa que forma parte EA Group, la importancia para los ganaderos nacionales de este país magrebí, que a principios de año despertaba inquietud por su inestabilidad política. No es la primera vez que ocurre, “ya hubo ocasiones en las que los bancos libios no emitían cartas de crédito”, afi rma Juan Carlos.
Pero, a tenor de las cifras globales de exportación entre enero y junio de 2016, no parecen resentirse sus compras de animales. De hecho, se ha cubierto el 47% del volumen de ovinos de 2015 en ese periodo, según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama). Sobre el millón de cabezas que se vendieron fuera, el 20% tenían menos de un año de edad en el momento de salir de los puertos españoles el año pasado, un tipo de ovino que gusta en Libia. “El país de los cedros” es el segundo destino extracomunitario abierto para el ganado vivo español, al que se enviaron más de 29.000 cabezas en 2015. Ovinos con más edad, como la oveja, se destina a sacrifi cio para consumirse en transformados como carne picada.
El ovino, clave en la economía rural del Magreb
La llave de un óptimo estatus sanitario del ganado abre más puertas en el exterior más allá de las fronteras de la Unión Europea (UE). Los que vienen a comprarnos animales nos visitan a pie de explotación. En caso positivo, luego se abre un certifi cado sanitario entre las autoridades sanitarias bilaterales para que las empresas comiencen a ponerse de acuerdo en los envíos. “El fl ujo comercial de ovino vivo a Libia y Líbano aumenta según se acercan momentos de más consumo, como son las fiestas musulmanas. Antes de Ramadán y la Fiesta del Cordero. Pero la exportación choca con la importancia del cordero y la oveja en el entorno social. La economía rural gira alrededor de los rebaños. Una familia vive de ellos. El precio del animal es caro, por lo que en general, socialmente no se ve bien que se importen ovinos foráneos”, describe el director general de Oviso, quien señala los datos de una granja típica de la Red Rengrati en Argelia (Gráfi cos 1 y 2).