07/10/2022
Ante esta situación, los asociados a AECEC y todos los operadores del sistema están extremadamente preocupados por la posibilidad de rotura de stocks en harina de soja y maíz, por los altos costes de penuria que la huelga ocasiona y por los problemas de bienestar animal que puedan surgir en caso de rotura de stocks.
Según la AECEC, “no tiene sentido que un colectivo que no llega a los 130 estibadores tenga como rehén al sistema para oponerse al mandato de la UE de liberalización de la estiba”.
Además, puntualiza que “la liberación de la estiba mantiene los sueldos y derechos de los estibadores; de hecho, los ingresos per cápita/año de los estibadores pueden llegar a los 100.000 euros, en algunos casos, por encima de esta cantidad”.
Consecuencias de la huelga
La huelga ha afectado negativamente al suministro de maíz, harina de soja y otros ingredientes destinados a la alimentación humana y animal, y las consecuencias más directas están siendo:
- El sistema –consumidores, granjas, fabricantes de piensos, harineros, importadores, mataderos, exportadores de carne- ha tenido un sobrecoste de 12 millones de euros.
- Más de 600.000 toneladas de mercancía que se iban a descargar en el puerto de Tarragona, se han desviado a otros puertos con el incremento de costes y dificultades logísticas que supone suministrar mercancía desde otros puertos a Cataluña y Aragón.
- Existe un peligro claro de desabastecimiento a Cataluña y Aragón. El momento es dramático por el período estacional de mayor consumo de pienso y necesidad de producto desde el puerto de Tarragona.
- Las existencias de materias primas, en especial las de harina de soja, están en mínimos. La producción de harina de soja en Cataluña está a su vez en mínimos debido a los altos costes de la energía y a paradas por razones técnicas y económicas de las molturadoras.
- Incremento de la inflación, ya que la subida de materias primas aumenta el coste de producir carne y pone en peligro la competitividad en mercados exteriores.
- Entorpece la importación de cereal ucraniano, ahora que se ha abierto el corredor que permite la llegada de buques desde Ucrania, son los estibadores de Tarragona quienes están haciendo imposible este flujo.
A su vez, una cosecha nacional muy corta, un mal estado de los pastos y la sequía persistente haN agravado el problema de seguridad alimentaria de las granjas. No hay alternativa de abastecimiento al puerto de Tarragona ni a la harina de soja, ni al maíz en Cataluña y Aragón.
La AECEC pide responsabilidades
Desde la AECEC se espera que se realicen las investigaciones necesarias para determinar “las responsabilidades económicas y de otros tipos en las que puedan estar incurriendo los estibadores por la huelga encubierta y, por consiguiente, que se abran los expedientes por parte de la Administración con competencias en materia laboral para sancionar los bajos rendimientos y, ante la situación de facto de huelga, adoptar las resoluciones necesarias para garantizar los servicios mínimos”.