Especies

Plasma porcino: ¿por qué es un ingrediente seguro?

22/11/2019

La Peste Porcina Africana no solo afecta a la cría de cerdos, también ha provocado dudas en el uso de ciertos ingredientes para piensos. Aunque se ha demostrado que el virus puede transmitirse a través de los alimentos, el Plasma Porcino Atomizado (SDPP, por sus siglas en inglés) no es uno de ellos. Aquí está el porqué.


El SDPP es un ingrediente que contiene una importante concentración de fracciones bioactivas incluyendo inmunoglobulinas, transferrina, factores de crecimiento, péptidos y otros componentes biológicamente activos, a la vez que es una proteína y fuente de aminoácidos altamente digeribles. Numerosas publicaciones científicas documentan los efectos beneficiosos de las dietas con SDPP en peces, aves y cerdos destetados sobre el crecimiento, la ingesta de pienso, la eficiencia del alimento y la supervivencia en comparación con dietas en base a otras fuentes de proteínas de alta calidad.

El SDPP fue seleccionado como el número 6 entre los 10 descubrimientos más importantes en nutrición porcina en los últimos 100 años por la Sociedad Americana de Ciencia Animal (ASAS) en 2008. Además, es probablemente uno de los ingredientes porcinos más analizados en múltiples estudios. El SDPP y otros hemoderivados son ingredientes que se han utilizado en todo el mundo durante más de 30 años, lo que demuestra su eficacia y su seguridad en diferentes condiciones de crecimiento. Además, los productores de plasma siguen las mismas pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se usan para la seguridad viral de los productos de transfusión de sangre humana. Los datos disponibles demuestran que el SDPP es un ingrediente seguro para múltiples virus que suscitan gran interés en la industria porcina, incluido el virus de la PPA.

Procedimientos comunes

Los miembros de la Asociación Europea de Proteínas Animales (EAPA) y la Asociación de Productores de Productos de Sangre Secada por atomización de Norteamérica (NASDBPP) representan más del 65% de los productores del mundo. Estas asociaciones han desarrollado procedimientos comunes que siguen las pautas de la OMS sobre procedimientos de inactivación y eliminación viral. De acuerdo con las directrices de la OMS, la seguridad viral se deriva de tres enfoques complementarios durante la fabricación:

1. Selección de donantes

En la selección de donantes, la materia prima para la fabricación de hemoderivados es aquella sangre exclusivamente recolectada en los mataderos comerciales bajo inspección oficial, procedente de animales sanos inspeccionados y aprobados para el sacrificio para consumo humano. Esto impide la recolección de sangre de animales clínicamente enfermos o animales procedentes de áreas restringidas por notificación de enfermedades de la OIE, como la Peste Porcina Africana (PPA), la Peste Porcina Clásica (PPC) o la fiebre aftosa.

2. Análisis de las donaciones y lotes de plasma

La segunda premisa en las pautas de la OMS es analizar las donaciones y las reservas de plasma. Los productores de EAPA y NASDBPP realizan analíticas regularmente de la materia prima recolectada garantizando la calidad microbiológica o fisicoquímica del producto terminado. Por lo tanto, cada lote de producción se analiza para detectar contaminación microbiana y así cumplir con los requisitos más estrictos de calidad del producto. Además, se realizan análisis por PCR para asegurar la ausencia de contaminación cruzada de especie o la ausencia de patógenos específicos.

Este es un paso de seguridad reconocido en la producción de ciertos productos de plasma humano. Aunque los anticuerpos neutralizantes de enfermedades de notificación obligatoria, como PPA, estarán ausentes, el efecto “pool” diluirá entre 1.000 y 10.000 veces la sangre de cualquier animal. Para los patógenos endémicos que inducen anticuerpos neutralizantes como PCV2, este paso puede reducir la infectividad potencial.

3. Inactivación viral y procedimientos de extracción

De acuerdo con las pautas de la OMS, el proceso de fabricación debe incorporar pasos validados para eliminar o inactivar una amplia gama de patógenos. Según estas pautas, se entiende como paso de seguridad firme, aquel del proceso capaz de eliminar o inactivar cantidades sustanciales de virus, en base a cuatro o más logaritmos. La inactivación significa que el virus se muere o no es capaz de replicarse. Además, las directrices de la OMS recomiendan que se incluya en el proceso de producción un paso de procesamiento sólido capaz de inactivar virus sin envoltura o dos pasos de procesamiento capaces de inactivar virus con envoltura.

Una medida de inactivación eficaz para muchos virus, tal y como recoge la Directiva UE 2002/99 y aplicada incluso a la carne para el consumo humano, es el tratamiento térmico durante el secado en el cual cada partícula alcanza los 80ºC como mínimo. Los procedimientos de calidad a los que se acogen obligatoriamente los miembros de EAPA y NASDBPP exigen este paso para garantizar el cumplimiento de un producto seguro con respecto a los patógenos de la lista de la OIE. En la Tabla 1 se listan varios virus porcinos de interés actual, incluida la PPA, que pueden inactivarse con estos procedimientos.

Además, diferentes publicaciones recientes reportan que no existe ninguna infectividad asociada con las dietas para cerdos de 7 a 45 días con altos niveles de SDPP comercial PCR + a diferentes virus probados (Tabla 2).

Otro paso de seguridad común para los miembros de EAPA y NASDBPP es el tratamiento térmico posterior al secado del producto envasado a ≥20ºC durante 14 días. Se ha demostrado que las condiciones de almacenamiento de SDPP a temperatura ambiente (~20ºC) durante 14 días inactivan ciertos patógenos como PEDv o PRRSv que son susceptibles a ambientes secos y temperaturas suaves. Además, el tiempo de almacenamiento mínimo de 14 días después del procesamiento, permite más tiempo para el seguimiento de la materia prima en el caso de un nuevo brote de enfermedad de la lista de la OIE en una región donde se recolecte sangre.

El SDPP y los hemoderivados atomizados, producidos por miembros de EAPA y NASDBPP a nivel mundial están alineados con las pautas de la OMS, que aseguran que los productos finales estén libres de patógenos de interés para la industria porcina, incluido el virus de la PPA.

Buena bioseguridad agroalimentaria

Mantener buenas prácticas de bioseguridad en las granjas es el método principal para reducir el riesgo de una enfermedad de la lista de la OIE. Las buenas prácticas de bioseguridad implementadas por los productores de Plasma Atomizado incluyen la recolección de sangre solo de mataderos autorizados y de animales sanos bajo la supervisión veterinaria de las autoridades competentes, el transporte en camiones exclusivos, la limpieza y desinfección de las ruedas de los camiones, el acceso a las plantas de fabricación sólo del personal autorizado, limpiando todo el sistema en los puntos de tiempo establecidos y una buena trazabilidad de la materia prima entrante y el destino de los productos finales. Todo el proceso desde el momento en que se recoge la sangre del animal hasta el producto envasado final se realiza en circuitos cerrados que evitan la contaminación externa con cualquier tejido o material externo.

La mayoría de las enfermedades de la lista de la OIE se transmiten principalmente por contacto entre animales, vehículos de transporte de cerdos, o por personas u otros vectores. En un ambiente seco y bajo condiciones de producción que implican un tratamiento térmico como con los hemoderivados, la supervivencia vírica se reduce ostensiblemente o se anula por debajo de los umbrales de infectividad.

Hay recomendaciones con base científica que respaldan el uso de productos porcinos altamente nutricionales y funcionales en piensos para cerdos y otras especies de producción. También existen informes científicos detrás de las afirmaciones de seguridad de estos productos para numerosos patógenos que afectan a la industria de producción cárnica, incluida la PPA.

Mejora del rendimiento y reducción de la mortalidad

En resumen, la investigación demuestra que el plasma porcino atomizado es un ingrediente seguro para su uso en dietas porcinas, especialmente en torno al momento del destete y durante episodios de estrés por patógenos. Su uso en la dieta es un valor añadido, ya que mejora el rendimiento y la salud de los animales para reducir la mortalidad y la morbilidad, y es una buena alternativa para reducir la dependencia de los antibióticos y el óxido de zinc utilizados como promotores del crecimiento.

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