27/11/2018
El pasado día 13 de septiembre las autoridades belgas confirmaron la detección del virus de la peste porcina africana en cuatro jabalíes localizados en el sur del país, a tiro de piedra de Francia, Luxemburgo y Alemania. La noticia supuso un mazazo para el sector, que hasta ese momento veía la progresión de la enfermedad por el Este de Europa con cierto distanciamiento, que ahora se ha tornado en alarma. Adoración Llorente, técnico de Ganadería de la organización agraria ASAJA, recoge el sentir de los ganaderos en estos momentos: “El sector del porcino tiene conciencia de que la situación es grave, muy grave”.
Pero, ¿qué es lo que hace de esta enfermedad una amenaza de primer orden para el sector del porcino? Luis Alberto García, presidente del Consejo del Colegio de Veterinarios de Castilla-La Mancha y vicepresidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España nos da las claves: “La peste porcina africana es una enfermedad específica del cerdo y el jabalí. Es una enfermedad producida por un virus muy peculiar. Un virus que no es altamente contagioso, pero que es muy resistente y permanece mucho tiempo tanto en sangre como en heces. Tiene mucha variabilidad genética, no es exactamente igual en cada brote. Produce hipertermia, pérdida de apetito, congestión de gran cantidad de órganos. Llega al cerebro, al colon, pulmones... Provoca morbilidad y luego mortalidad. En algunos momentos entra con una fortaleza brutal con efecto inmediato y en otros incluso tiene hasta portadores inaparentes que son capaces de transportar ese virus”. Y sobre todo, nunca hay que confundirla con la peste porcina clásica: “Son virus absolutamente distintos. Para que se pueda entender de una manera sencilla, para la clásica existe vacuna y para la segunda, aún andamos experimentando”.
Una enfermedad que, desgraciadamente, conocemos muy bien desde que salió por primera vez de África y que lleva varios años instalada en Europa: “Es la tercera vez que el virus sale de África. Entra primero en la zona de Rusia, Bielorrusia, Estonia, Polonia y Eslovenia. Después pasa, en 2016, a Moldavia, República Checa, Rumanía, Hungría, Bulgaria y luego, claro, hay un salto a Bélgica que plantea muchos interrogantes”. Lo que ahora mismo se sabe es que el virus detectado en Bélgica está claramente emparentado con el de los focos del Este de Europa. Lo que se desconoce es cómo ha llegado hasta allí, una cuestión que para Miguel Ángel Higuera, director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), es más importante de lo que pudiera parecer a primera vista: “La pregunta es si ha sido el avance natural o un salto. Hace unas semanas no lo podía contestar, ahora nos decantamos más por un salto. Es más positivo que haya sido un salto, a que haya sido un avance de la enfermedad”.
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