Sanidad animal

Óxido de zinc: sin bala de plata más allá del límite

05/09/2022

Por Marta Fernández

El óxido de zinc se ha venido utilizando desde hace tiempo de forma efectiva para tratar las diarreas en lechones. Sin embargo, en 2017 la Comisión Europea limitó por ley su uso, estableciendo una moratoria que concluyó el pasado 26 de junio. ¿Cómo debe enfrentarse el sector a la gestión de la enfermedad sin tan valiosa herramienta? ¿existe una fórmula magistral?  


De todo ello hablamos en una Tertulia Agrícola Café -que puede visualizarse en el canal de YouTube de Editorial Agrícola-, con Miguel Ángel Higuera, director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (ANPROGAPOR); Ramiro Casimiro, consejero técnico en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios; Miguel Claver, veterinario y técnico de porcino en Elanco; y Saúl Escobero, ingeniero agrónomo responsable de ventas de Europa Ocean Harvest Tecnology.

El encuentro fue organizado por Editorial Agrícola - Henar Comunicación y ANPROGAPOR, con el patrocino de Elanco y la colaboración de Reale Seguros y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

Para comprender a qué nos enfrentamos con la limitación del óxido de zinc - el máximo legal se ha fijado en 150 pmm-, lo primero es conocer qué ha motivado la adopción de esta medida. La razón fundamental, explica Ramiro Casimiro, según el informe técnico, ha sido el impacto negativo de los purines en el medioambiente y no un posible incremento de resistencia a antimicrobianos, un aspecto, este último sobre el que "hay ciertas sospechas, pero del que la información que se ha obtenido no ha sido suficientemente sólida”.

Una decisión sobre la que Miguel Ángel Higuera y Miguel Claver subrayan dos aspectos a tener en cuenta. El primero, que, si bien es cierto que el sector tiene responsabilidad en el impacto ambiental del óxido de zinc, no es el principal responsable, como sustentan los informes de análisis, que sitúan los niveles más altos del metal en zonas en las que el peso de la producción porcina no es relevante. Y el segundo, el reto que supone su retirada, ya que, a partir de ahora, hay que encontrar la fórmula para prevenir y/o tratar las diarreas sin incrementar el uso de antibióticos, y más concretamente de la colistina.

¿Y ahora qué?

Quizás a todos nos gustaría escuchar que en estos cinco años de moratoria el sector ha encontrado una nueva herramienta que sustituya al óxido de zinc. Pero la realidad es que no es así. Lo cierto es que España, a diferencia de otros países de Unión Europea, sí ha agotado el plazo legalmente establecido "para que los sectores afectados tuviesen más tiempo para acomodarse a la situación y que la transición fuese lo más suave posible", explica Ramiro Casimiro.

Y a partir de ahora toca trabajar en nuevos desarrollos y extremar las medidas de prevención porque el enfoque, coinciden los expertos, debe ser multifactorial y, además, concreta Miguel Claver, de Elanco, "debe hacerse de una manera rentable".

Uno de los aspectos sobre los que se deben extremar las precauciones son las medidas de bioseguridad en las explotaciones. Ahora bien, matiza Miguel Ángel Higuera, "partiendo de que las medidas de bioseguridad son positivas, las directrices que marca la UE van encaminadas a potenciar los sistemas de producción al aire libre, y esto supone un reto en países como el nuestro, primero por las elevadas temperaturas que llegamos a alcanzar durante el verano, y segundo por el riesgo sanitario que existe en estos modelos de producción debido a la patogenicidad de la gripe aviar o de la PPA". Por ello, incide en que las decisiones se deben tomar basadas en las evidencias de los especialistas "que somos quienes sabemos lo que necesitan los animales".

Estas medidas, en las que, como sabemos, el sector lleva tiempo trabajando, deben ir acompañadas de mejoras en el manejo, así como en la relación entre el veterinario y el ganadero, disponibilidad de agua y de alimento. "Lo bueno de estos aspectos es que van a ser muy beneficiosos para el conjunto de la granja", señala el responsable de ANPROGAPOR.

El pienso no es el culpable

Junto a ello, cobra especial relevancia el estado de salud del animal en el momento de destete, ya que este es uno de los momentos críticos y, si no se maneja de forma adecuada, puede comprometer la vida del animal y, por ende, la rentabilidad de la explotación. Para ello es clave que el lechón llegue fuerte al destete, porque su fortaleza en este momento tiene un alto impacto en el posible desarrollo de patologías digestivas.

Por tanto, no, el pienso no es el culpable, más bien al contrario. "El pienso tiene un importante desafío, porque nos quedamos sin "red" de protección. Y el abordaje de este reto pasa por la puesta en marcha de diferentes estrategias, como la disminución en el índice de algunos aditivos o de proteína bruta, por ejemplo. Hay que buscar qué es lo que mejor funciona como alternativa al uso de óxido de zinc. Muchos clientes nos preguntan cuál es la bala de plata alternativa al óxido de zinc, pero la realidad es que no existe", expone Saúl Escobero.

Porque el principal problema cuando hablamos de óxido de zinc como fármaco, añade "es que no sabemos cómo funciona, no hay un claro dogma de por qué funciona así y porqué elimina las diarreas y ese es el punto clave para poder afrontarlo". Por tanto, en opinión de Miguel Claver, el reto pasa por "seguir avanzando en un trabajo de formación continua".

Una de las líneas sobre las que se está trabajando, cuenta Saúl Escobero es la estimulación de la microbiota "para desplazar a las bacterias patógenas de forma que las beneficiosas sean capaces de proteger el sistema digestivo y, de esta manera, contribuimos a nutrir desde dentro al propio animal".

Otra opción podría estar en colonizar el sistema digestivo del lechón a través de la madre, bien en el periodo de gestación o de lactancia. Aquí, la parte complicada, explica el responsable de ventas de Europa Ocean Harvest Tecnology, es saber cuál es la microbiota beneficiosa y cómo aplicarla. "Porque en este momento de su vida, la cerda es un animal que come mucho y está sometida a una serie de manejos asociados a sus estadios productivos", esto implica dificultades a nivel de costes, por el elevado volumen de ingesta, y de implementación, porque los cambios en el pienso no coinciden con el estado del animal.

Pero no es la única solución, añade, "también hay que trabajar con ácidos grasos, por ejemplo, que tienen una función antibacteriana. Hay muchas estrategias, pero la parte difícil es saber cuál es la combinación óptima porque el dinero no es infinito".

"El objetivo es mejorar el sistema digestivo del animal minimizando las diarreas. Y para ello, el formulador necesita volver a adaptase. Por ejemplo, con algunos aminoácidos, que, aunque no son esenciales, se sabe que tienen un efecto protector sobre la mucosa, o aditivos que se sabe que son capaces de preparar al animal para responder mejor a sistemas vacunales o para prevenir la enfermedad", apostilla Escobero.

 ¿Estamos preparados para trabajar sin óxido de zinc?

En opinión de Ramiro Casimiro, y en base a la información de campo recopilada en estos últimos meses, en los que se aprecia una reducción de óxido de zinc, "con todas las reservas, me atrevo a decir que el sector se ha ido adecuando, pero lógicamente, a partir de ahora tendremos que ver la evolución".

El momento crítico, explica Miguel Ángel Higuera, vendrá, por tanto, a partir de octubre. Por ello, y para tratar de afrontar de la mejor forma posible el impacto de esta medida, apela a la comunicación y sensibilización sectorial. Por ello, da cuenta de la creación del grupo de expertos "Sumando esfuerzos”, cuyo objetivo es "apelar a la sensibilización, porque la moratoria ya se ha terminado y es necesario dar una serie de herramientas sobre lo que se debe hacer en la granja. También hemos hecho un checklist para saber qué ocurre en la explotación y cuáles son los factores críticos que pueden generar diarreas por destete".

Porque el futuro, añade Saúl Escobero, depende de la granja, “y la realidad es que no nos queda más remedio que estar preparados”.

Para afrontar esta etapa, que Miguel Claver denomina de "emociones", los expertos resumen como puntos mejorar la edad al destete y la calidad del lechón, las condiciones climáticas, ambientales y de alimentación, el refuerzo de la inmunidad y la reducción del estrés.

 

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