23/02/2018
En esta estabilización del consumo ha tenido mucho que ver la campaña de comunicación y promoción puesta en marcha por la Interprofesional. Una campaña que, en palabras de Francisco Marcén, presidente de Interovic, ha sabido combinar estrategia y publicidad para transformar y modernizar el sector.
En 2015, punto de partida de la campaña ahora concluida, el sector atravesaba una situación complicada. En los últimos 10 años el consumo de carne de ovino se había sumido en una senda de descenso. Según Fernando Burgaz, director general de la Industria Alimentaria del Mapama, entre 2010 y 2015 el consumo per cápita se redujo un 25%.
Para paliar esta situación, principal logro de la campaña, Interovic, con el apoyo del Gobierno y la Unión Europea decidió, además de activar su programa de promoción, analizar las causas del descenso. Al respecto, Fernando Burgaz ha señalado que, en primer lugar "se ha identificado el problema" y, una vez identificado, "se ha montado una estrategia de innovación y comunicación que, además de haber puesto freno a la caída, ha marcado el camino al resto de interprofesionales".
Estas causas se fundamentaban principalmente en la falta de innovación del sector. Por este motivo se apostó por la innovación y valorización de las diferentes presentaciones y cortes de la carne.
Desestacionalización del consumo
Y es que la formación e implicación de los denominados prescriptores, ha sido clave para paliar uno de los principales problemas que atañen al sector de carne de ovino, la estacionalización del consumo, ligado tradicionalmente a celebraciones y festividades.
De hecho, con la renovación de la imagen del producto y el desarrollo de los nuevos cortes, se ha conseguido, al menos en parte, posicionar a la carne de cordero y de lechal como una opción más del consumo cotidiano de carne, con piezas más económicas y formatos individuales. A la vez, se ha conseguido valorizar la carne de cordero y lechal y es que, según datos de Nielsen, en 2016 la de cordero fue la única carne que incrementó su consumo, indicó Marcén. A la vez, durante la pasada Navidad, cuando se puso en marcha una campaña de promoción en la que se fomentaba el consumo de producto nacional, el precio de la carne se incrementó un 4%, y el volumen comercializado en seis de las principales cadenas de distribución se incrementó un 5,5%.
No obstante, añadió Marcén, la constante caída del censo de ganado continúa siendo una de las principales amenazas para el sector, además de constituir una de las consecuencias directas del estancamiento del consumo. A la vez, ensalzó las bondades de la ganadería en extensivo, tanto por la calidad del producto de ella originario, como por su contribución a la sostenibilidad y al mantenimiento del medio rural. Al respecto, Fernando Burgaz indicó que desde el Mapama se está analizando el impacto de este abandono, a la vez que se están estudiando diferentes estrategias para reducirlo.