27/01/2021
Para el sector, esa protección sería “muy superior” a la que confiere de la actual Especialidad Tradicional Garantizada (ETG), ya que “no se puede impedir que se produzca jamón legalmente fuera de España bajo el término “Jamón Serrano”, siempre que esté certificado el cumplimiento del pliego de condiciones”, señalan desde Anice.
El cambio de la ETG a la IGP no altera las especificaciones básicas, sino que “consiste en trasladar de forma idéntica el pliego de condiciones de esta figura de calidad, vigente desde hace 20 años, a la nueva IGP, garantizando con ello que ningún productor actual se vea perjudicado”. De hecho, cualquier productor de jamón serrano podrá seguir produciéndolo como hasta ahora y empleando el mismo término para denominarlo.
Además, el cambio a esta figura de calidad permite limitar la producción y elaboración del jamón serrano exclusivamente a España, al contrario de lo que ocurre con la ETG, en virtud de la cual cualquier país del mundo puede elaborarlo. Además, la IGP permitirá lograr una mejor protección internacional mediante los tratados y acuerdos comerciales firmados por la UE con países terceros (China, Canadá, México, etc.). Esta futura IGP confiere a los operadores un derecho de propiedad intelectual sobre el nombre “jamón serrano”.
El sector jamonero solicita al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que tome “medidas para proteger el nombre “Jamón Serrano”, patrimonio gastronómico cultural de España”.
En 2019 se produjeron más de 18,6 millones de piezas de jamón serrano en las 196 industrias certificadas ubicadas en 15 CC. AA., comercializándose un 17% fuera del mercado nacional, según el informe de Datos de las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP), las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y Especialidades Tradicionales Garantizadas (ETG) de Productos Agroalimentarios, elaborado por el MAPA. De estas, se exportaron más de 3 millones de piezas en 2019.