16/12/2022
El modelo desarrolla la enfermedad espontáneamente y, además, es transmisible en el mismo modelo animal y también en modelos silvestres, destacando su capacidad de producir la enfermedad también en ovejas.
El estudio, publicado en la revista Acta Neuropathologica Communications, describe el primer modelo de laboratorio de la tembladera ovina atípica que, por sus similitudes con las enfermedades priónicas idiopáticas (esporádicas) humanas, resulta de gran utilidad para estudiar los mecanismos que subyacen a estas o para evaluar, por ejemplo, la eficacia de terapias potenciales para combatir este tipo de encefalopatía espongiforme transmisible. Dada la escasez de modelos animales para el estudio de las enfermedades priónicas de origen esporádico, este estudio ofrece a toda la comunidad científica un modelo animal idóneo para mejorar la comprensión sobre esta forma de la enfermedad de causas desconocidas.
“La investigación facilita una nueva herramienta de estudio para las enfermedades priónicas más frecuentes en humanos y más difíciles de abordar, por ser su causa completamente desconocida y tratarse de un fenómeno muy poco frecuente en la naturaleza. Este modelo abre la posibilidad de entender los desencadenantes de la enfermedad y evaluar terapias dirigidas específicamente a evitar su aparición o a ralentizar su progresión”, señala Joaquín Castilla, profesor de investigación Ikerbasque y líder del Grupo de Investigación en priones de CIC bioGUNE, que ha llevado a cabo el estudio.
El modelo se ha desarrollado mediante el estudio in vitro de diversas proteínas del prion observadas en la naturaleza, de las que se ha evaluado su capacidad o facilidad para transformarse en la forma patogénica. De hecho, se han realizado muchos estudios en tubos de ensayo hasta llegar al modelo animal. Este novedoso modelo animal se aplicará al estudio de las enfermedades priónicas de origen idiopático, también conocidas como esporádicas. Al contrario que los diversos modelos desarrollados para estudiar las formas infecciosas de la enfermedad, el estudio del inicio y desarrollo de las enfermedades de tipo esporádico está muy limitado. Así, todavía se desconoce si hay algún desencadenante de la enfermedad, dónde se inicia, o cuánto tiempo pasa desde su inicio hasta que aparecen los primeros signos clínicos. «Este modelo animal podría ayudar a resolver estas incógnitas. Además, dado su parecido a algunas enfermedades priónicas esporádicas humanas, también será un modelo de utilidad para mejorar su diagnóstico o probar distintas terapias en desarrollo.» comenta Enric Vidal, investigador principal de la línea de enfermedades priónicas del programa de Sanidad animal del IRTA-CReSA.