30/11/2016
Por: R. Rodríguez-Bermúdez, V. Pereira, J.M. Chapel. Departamento de Patoloxía Animal. Facultade de Veterinaria de Lugo. Universidade de Santiago de Compostela.
I. Orjales. Departamento de Anatomía, Produción Animal e Ciencias Clínicas Veterinarias. Facultade de Veterinaria de Lugo. Universidade de Santiago de Compostela
Las enfermedades infecciosas causan grandes pérdidas económicas en los rebaños y problemas de acceso de los alimentos al mercado por los riesgos que conllevan para la salud pública. El control de estas enfermedades especialmente las transmisibles desde animales vertebrados al ser humano, conocidas como zoonosis, se basa fundamentalmente en la prevención, por lo que la bioseguridad y las medidas implementadas para reducir el riesgo de introducir enfermedades infecciosas en el rebaño, es un tema de actual importancia tanto para técnicos como para ganaderos.
El término bioseguridad se refi ere normalmente a sistemas de manejo dirigidos a prevenir la introducción de patógenos o toxinas en el rebaño causantes de alteraciones sanitarias y problemas de seguridad y calidad de los productos obtenidos. Los beneficios asociados a implementar medidas de bioseguridad en las granjas de vacuno para control y prevención de enfermedades derivan a su vez en la mejora de la efi ciencia productiva, mejoras en el bienestar animal así como en la respuesta inmunológica frente a las vacunas.
Para prevenir de forma efi caz la introducción de agentes causantes de enfermedades en una explotación es importante conocer las rutas potenciales así como identifi car y ordenar de mayor a menor en cada caso los puntos de riesgo. De esta forma se pueden establecer las medidas de monitorización y control oportunas individualizadas en cada una de las granjas. Detallamos a continuación algunas medidas generales que deberían formar parte del plan de bioseguridad de cualquier explotación.
Instalaciones
El entorno del animal debe potenciar las defensas del organismo y para ello ha de ser diseñado con el objetivo de reducir la exposición, acumulación y desplazamiento de organismos patógenos. Animales sanos en un ambiente adecuado son mucho más resistentes a los patógenos que aquellos ubicados en un hábitat sucio, con mala calidad de aire y de agua.
Por tanto, el diseño de las instalaciones va a jugar un papel decisivo en la prevención y difusión de patologías dadas las interacciones existentes entre los animales, los alojamientos y el manejo de los animales en dichas instalaciones.
El descanso y la alimentación ocupan aproximadamente el 80% del tiempo del animal, por lo que cubículos, camas y comederos en malas condiciones representan un riesgo muy importante de transmisión de patógenos. En el caso del vacuno lechero, debe prestarse especial interés al ordeño debido a que las infecciones mamarias causan graves pérdidas económicas.
Por ello, los equipos deben mantenerse limpios y desinfectados y con las presiones de vacío adecuadas para evitar daños en el esfínter del pezón.