Vacuno de leche

InLac responde a los bulos sobre el consumo de lácteos

18/01/2023

Frente a los numerosos bulos que proliferan, los lácteos pueden consumirse de manera regular, incluso entre aquellos consumidores que se han propuesto apuntarse al gimnasio y alimentarse de forma más sana y equilibrada.


El queso puede ser un magnífico aliado. “El queso es un alimento valioso, característico de la dieta mediterránea y, por tanto, un consumo racional es totalmente aceptable”, destaca la catedrática en Nutrición y Doctora en Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, Rosa María Ortega.

Algunos tipos de queso pueden tener un valor calórico elevado, pero no es razón para tacharlos de nuestra alimentación. “Ningún alimento engorda, como producto aislado, lo que lleva a un incremento de peso es el total de lo consumido. Y no solo en un día, sino a lo largo del tiempo. El problema viene cuando se toman más calorías de las que se gastan”, sentencia la experta. Los quesos más calóricos -prosigue Ortega- se deben tomar en menor cantidad o con menor frecuencia que los quesos frescos u otros lácteos, pero “un consumo racional es totalmente aceptable”.

Los quesos son fuente de antioxidantes naturales, proteínas y micronutrientes. Diversos estudios científicos (The American Journal of Clinical Nutrition, The Lancet, Advances in Nutrition…) han demostrado que la ingesta de queso no perjudica a la salud cardiaca y reduce las enfermedades asociadas, rompiendo así con muchas tabúes y malentendidos en torno a los lácteos.

Desde la Organización Interprofesional Láctea (InLac) subrayan también que el queso puede y debe formar parte de la ingesta de al menos “tres lácteos al día” (leche, queso o yogur), que es la media recomendada por la Fundación española de la Nutrición (FEN) y guías nacionales e internacionales de referencia.

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