26/04/2017
Es, sin lugar a dudas, uno de los temas de moda en el sector agrario español desde hace unos meses. Aunque el debate quizás debería ir más allá del debate “macrogranjas sí, macrogranjas no” y preguntarnos por el tipo de explotación agrícola y ganadera que quiere la sociedad en su conjunto.
Por José Ignacio Falces ~ Periodista agroalimentario
Hace más de año y medio (por cierto, en ese momento apenas se oyeron voces en contra del proyecto) se comenzó a hablar de la construcción en un pequeño pueblo de poco más de 150 habitantes en la provincia de Soria, Noviercas, de una macro explotación de vacuno de leche con cerca de 20.000 vacas (15.000 en producción más 5.000 terneros de crías). Ello de la mano de una cooperativa navarra, Valle de Odieta, que ya cuenta en la localidad navarra de Caparroso con otra granja en la que reune a 4.500 vacas, dotada con la última tecnología en sistemas de ordeño consistente en una rotativa de 80 animales, que permite realizar esa labor a esas cabezas en poco más de nueve horas, con una vaca entrando en ella cada 7 segundos.
Lo que quizás se pensó que era un proyecto fantasma, con el paso del tiempo, se ha ido convirtiendo en una realidad, eso sí, todavía poco conocida, consolidada por las compras de todas las tierras necesarias para la construcción de la granja. Se necesitan 150 hectáreas para la construcción de las naves que cobijen a los animales, a lo que habría que sumar otras 900 de regadío destinadas a la alimentación de esas vacas, pues no se puede olvidar que, aproximadamente, se necesitarían 600.000 kilos de forrajes al día.
De esa hipotética explotación saldrían, cada jornada de trabajo, 500.000 Kg de residuos orgánicos. Todo ello adornado con una inversión que podría rondar los 90-95 millones de euros, generando 250 empleos en una zona y en una provincia como Soria, en la que la despoblación es el problema más importante al que debe hacer frente. Sin olvidar la industria agroalimentaria dedicada a la elaboración de quesos y otros productos lácteos que aparece vinculada a la granja.
Probablemente la problemática medioambiental junto a la sanidad animal han sido el motivo que ha provocado la polémica de este proyecto.
De hecho, hay que recordar que precisamente Castilla y León hace gala continuamente de los buenos datos que ofrece en el apartado sanitario, en temas como la brucelosis y la tuberculosis bovina.
Desde luego un positivo en esa granja de 20.000 cabezas sería “dramático”.
Por otro lado, el proyecto sigue siendo un gran desconocido a pesar de los miles de letras y artículos que se han escrito sobre él, al menos eso es lo que se asegura desde la propia Consejería de Agricultura y Ganadería que asegura desconocer “en profundidad la idea que tienen en su mente desarrollar la Cooperativa Valle de Odieta en Soria”.