Vacuno de leche

Invertir en prevención cuando los precios de la leche son bajos

05/10/2016

El tamaño de la granja y la alimentación: factores clave

Según Hogeveen existen tres áreas que condicionan en gran medida la rentabilidad de una explotación lechera. La primera es la propia granja, por sus limitaciones en cuanto a instalaciones, la cantidad de tierra, disponibilidad de forraje y de mano de obra. Para reducir los costes fijos de producción se debería buscar siempre llevar la granja a su máxima capacidad (si se está por debajo, añadir vacas puede obrar maravillas y debería ser la principal prioridad). Sin embargo, aumentar el tamaño del rebaño más allá de la capacidad máxima puede conducir a un exceso de animales con todos los desafíos que esto acarrea en términos de reducción de la higiene y aumento de la competencia en las cornadizas y los cubículos o el espacio de cama caliente. Por lo tanto, en términos generales, añadir más animales no tiene un efecto aditivo en la producción cuando la granja se encuentra ya a su máxima capacidad.


El segundo factor es el coste de la alimentación. Se trata de un coste variable que debe controlarse estrictamente dentro de unos límites para asegurar la rentabilidad. Hogeveen señala que en algunos países los costes de alimentación son usados como Indicadores Clave del Rendimiento (KPIs en inglés), pero si los costes se reducen, a menudo la producción cae también. Por otro lado, por encima de un cierto umbral, la producción lechera prácticamente no aumenta, y por tanto no cada kilo de alimento genera un mismo retorno.

El nivel que optimiza la producción no es el mismo para todas las granjas ya que cada granja tiene sus particularidades, y por tanto habrá diferencias en el rendimiento de la alimentación. Sin embargo, en la práctica, una buena referencia sería ajustar la cantidad de alimento para que los animales rechacen entre un 2-5% de la ración unifeed, punto en el que se optimiza la ingesta. La estrategia nutricional utilizada puede ser muy distinta en las explotaciones de distintas regiones y, según Ste½ Wille-Sonk, investigadora de European Dairy Farmers, puede llegar a representar costes muy diferentes. La disponibilidad limitada de tierras puede conllevar la necesidad de comprar forraje, mientras que en algunas explotaciones se produce en casa, algo que generalmente reduce los costes. Disponer de forrajes de alta calidad y muy digestibles es clave para la producción. El tercer factor es el manejo de la salud de las vacas y prevención de las enfermedades. Es en esta área en la que hay una gran oportunidad de marcar la diferencia aunque muchos ganaderos subestiman el impacto de las enfermedades en la rentabilidad de la granja.

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