08/03/2022
Tan solo unos meses antes del inicio de la pandemia decidió dejar su trabajo 'de toda la vida' y volver a su pueblo, Agramón, en Albacete, a emprender. Allí, y ante la inicial incredulidad de su tío Joaquín, hoy su maestro, decidió rehabilitar la antigua finca familiar e instalar en ella una granja de huevos de producción ecológica.
Las primeras 500 gallinas llegaron en abril de 2020 y entraron en producción en el mes de septiembre. Desde entonces, y hasta hoy, Mariví, ha conseguido levantar un negocio que se sustenta en dos pilares: respeto y trabajo. Respeto al medioambiente y a sus gallinas, a las que cuida y alimenta con mimo, porque son la base de su éxito, o de su fracaso.
Por eso, lo que más llama la atención a los numerosos visitantes de Granja Ecológica Villada -que son muchos, porque el proyecto va más allá de una simple granja- es la limpieza de sus instalaciones. "Las medidas de bioseguridad son fundamentales e innegociables. Solo a través de la prevención es posible asegurar una buena salud y bienestar animal". Esto, junto a la esmerada alimentación -a base legumbres y cereales ecológicos- han hecho posible que en menos de dos años, Mariví Vela haya logrado posicionar a Granja Ecológica Villada en el mapa agroalimentario y sea proveedora de algunos de los mejores establecimientos y restaurantes del litoral mediterráneo.
Galardones y proyectos
No en vano, acaba de ser seleccionada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para formar parte de su stand en la próxima edición de Alimentaria. A ello se suma el recién otorgado Distintivo de buenas prácticas en Iniciativas ambientales, sociales y laborales alineadas con los ODS, por el Gobierno de Castilla-La Mancha, que recogió el 15 de marzo de manos Emiliano García-Page, así como el de "Mejor empresa de venta directa" en la pasada edición de los Premios Gran Selección de Castilla-La Mancha.
A ello se suma su participación en el programa Cutiva del Ministerio de Agricultura, de estancias formativas para jóvenes agricultores en explotaciones agrarias modelo, que pretende facilitar el acceso a la formación y el conocimiento práctico.
Y por si no fuese suficiente, actualmente está preparando una estrategia de granjas franquiciadas para expandir su modelo de producción a otras zonas del territorio nacional. Una apuesta innovadora sustentada sobre la base de la sostenibilidad y el comercio de cercanía del que hace gala Granja Ecológica Villada que, además, incluye un aula de educación ambiental y de agroturismo en el que recibe visitas de familias, entidades y colegios.
Pero, lo que más destaca de Mariví, y probablemente ahí radique el éxito de este proyecto, es la sencillez y la pasión que siente por su trabajo. La misma que aprendió de sus abuelos, en cuyo honor levantó Granja Ecológica Villada.
Por tanto, ¿y si cada 8 de marzo, en lugar de poner el foco en la desigualdad entre mujeres y hombres, ponemos en valor proyectos como del Mariví para que sirvan de ejemplo cada vez más gente y, de esta forma, contribuyamos a revitalizar el medio rural y al sector primario?
Quizás, de esta forma sea posible paliar el éxodo rural y corregir las brechas y desigualdades que sufren los habitantes del medio rural y, especialmente las mujeres, aún minoritarias en órganos de decisión, invisibilizadas y sin suficientes infraestructuras que posibiliten la conciliación.
Para conseguirlo, sería deseable, por tanto, no solo más y mejores ayudas, sino también un cambio de mentalidad acorde con los nuevos tiempos. Aunque lo parezca, no es tarde, solo hay que ponerse a ello. ¿Comenzamos?