07/10/2019
La producción de residuos de la ganadería intensiva
La ganadería tradicional ha experimentado en las últimas décadas un cambio hacia la especialización, la intensificación y la concentración de explotaciones en áreas concretas. En España, las regiones con mayores densidades ganaderas, con más de 1,5 UGM/ha, son Cataluña y Murcia [1]. La producción de purines de origen porcino es la mayor de entre los residuos ganaderos (más de 23 Mt/año), casi duplicando a la de los estiércoles de vacuno [2]. Desde un enfoque sistémico de la producción ganadera intensiva, la producción de alimentos animales es la partida que mayor presión ambiental genera. Sin embargo, desde un punto de vista local, el mayor problema lo constituye la gestión de los residuos, siendo las mayores preocupaciones la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y la acidificación y eutrofización acuáticas causadas por las emisiones de amonio [3]. El resultado es que en las zonas de concentración ganadera intensiva existe mayor cantidad de purines y estiércoles que superficie de terreno disponible donde puedan aplicarse [4].
Las grandes corrientes de residuos ganaderos, constituyen, además de un reto para su gestión, una fuente disponible y renovable de nutrientes. En ese sentido, el escenario actual es que las materias primas con las que se fabrican los ferti-lizantes minerales están sujetas a una disponibilidad cada vez más limitada. El grupo más importante de fertilizantes, los nitrogenados, se sintetizan a partir de nitrógeno atmosférico mediante el método Haber Bosch, para lo cual se requiere un uso intensivo de gas natural.