Así, las cinco razas bovinas registraron en conjunto un aumento de 164 animales, pasando de 11.274 ejemplares en 2017 a 11.438 a finales de 2018, un 1,4% más. En cuanto a la Ovella y Cabra Galegas, la primera creció en un 8,7%, pasando de 4.433 ejemplares a 4.819 pertenecientes a 103 explotaciones, lo que supone sumar 386 animales más, mientras que la segunda lo hizo en un 13,4%, incrementando el censo de 1.014 a 1.150, 136 cabras más. Las ganaderías de esta última raza alcanzan las 58.
También la Galiña de Mos ha seguido creciendo tanto en cifras totales como en ejemplares reproductores, produciéndose en el caso de estos últimos un aumento del 1,6%, que supone sumar 108 animales y pasar de los 6.757 a los 6.865, que pertenecen a 173 criadores. En cuanto al Cabalo Galego destaca una reducción de casi 200 ejemplares respecto a hace cuatro años, puesto que encuentra problemas para la recría por los ataques constantes del lobo, a pesar de lo cual la raza consiguió aumentar en este último año un 3,7%, lo que supone 56 reses más, al pasar de 1.483 ejemplares en 2017 a 1.539 en 2018.
Por último, el Porco Celta cuenta en su censo con 3.321 animales pertenecientes a 124 explotaciones colaboradoras participantes en el programa de conservación de la raza, lo que supone un aumento de un 25,4% y 673 animales, pues en 2017 eran 2.648.
Esta evolución positiva de las razas autóctonas es fruto de los programas que se están llevando a cabo desde la Administración y las entidades que gestionan cada una de ellas, como son la Federación de Razas Autóctonas de Galicia (Boaga) y las asociaciones integradas en la misma, Asoporcel (Asociación de Criadores de Ganado Porcino Celta) y Puraga (Asociación de Criadores de Cabalo de Pura Raza Galega).