25/11/2021
Antonio Callejo Ramos
Dr. Ingeniero Agrónomo. Dpto. de Producción Agraria. E.T.S. de Ingeniería Agronómica, A. y de B. – UPM
Las granjas de vacuno lechero deben seguir avanzando en la automatización y robotización de los procesos que se desarrollan en ellas, fundamentalmente en el que es, sin duda, el proceso principal: el ordeño. No sólo el coste de la mano de obra, sino la escasez de la misma, obliga a invertir en todos aquellos sistemas que puedan sustituir la mano del hombre.
Aunque el sector lechero vive una crisis constante, tanto por los bajos precios percibidos por el ganadero como por el incremento del coste de las materias primas y, en los últimos meses, de la energía, lo cierto es que sigue siendo un sector en continua evolución y progreso, con el objetivo de ser más eficiente y poder obtener más y mejores resultados con menos recursos.
El coste y, sobre todo, la escasez de mano de obra, obliga a desarrollar herramientas, instalaciones y sistemas que puedan hacer lo que hasta ahora venían haciendo los ganaderos y/o operarios. Por otra parte, el tamaño cada vez mayor de las granjas no permite que la mano de obra (como decimos, cada vez menor) pueda llevar el control y observación del ganado de la misma manera que se hacía en las granjas familiares, de pequeño tamaño. Es preciso apoyarse en la tecnología para obtener información de lo que está sucediendo en la granja, en tiempo real, para así tomar decisiones rápidas y eficientes y minimizar y acortar las situaciones que conllevan una menor producción del ganado.
Ordeño de precisión
Tras la obligada interrupción en el año 2020 de las principales ferias ganaderas europeas por la situación sanitaria, este año hemos vuelto a visitar FIGAN, en Zaragoza, y Sommet de l’Elevage, en Clermont-Ferrand (Francia). En ambos eventos hemos podido comprobar la relevancia que va teniendo la automatización y robotización de las granjas, y las de vacuno lechero, en particular.
También hemos tenido ocasión de asistir a alguno de los numerosos “webinar” que se han impartido durante todos estos meses de restricciones y en ellos también se pone de manifiesto el necesario papel que la tecnología más avanzada está teniendo en la gestión de las ganaderías, y no hemos hecho nada más que empezar. La llamada Ganadería de Precisión ha venido para quedarse.En este contexto, podríamos hablar también de “ordeño de precisión”.
El ordeño de precisión va más allá del ordeño robotizado, al proporcionar información sobre el progreso del ordeño, pero también sobre la leche recolectada y la salud de la ubre (cantidad de leche, cinética de ordeño, conductividad de la leche, recuento de células, dosificación de los componentes de la leche). Ciertos marcadores de salud, no relacionados con el ordeño en sí, también se pueden analizar en la leche (Beta-hidroxibutirato, lactato deshidrogenasa, progesterona).La información se puede analizar a escala de rebaño, de lotes de animales, del animal y, a veces, incluso de cada cuarto de la ubre.
El ordeño de precisión también incluye puertas de clasificación inteligentes, todos los sistemas que permiten la individualización de los parámetros de ordeño y la activación de alertas sanitarias, así como el control del funcionamiento de los equipos.
El ordeño de precisión pretende llegar a niveles que aún hoy nos pueden parecer inalcanzables. Al llevar aparejado la identificación individual de cada vaca, el ordeño puede llegar a adaptarse a las características de cada animal como su flujo de leche, su anatomía mamaria, su estado fisiológico, su momento de lactación y su estado sanitario. Los parámetros de ordeño (duración, pulsación, nivel de vacío, etc.) pueden ser diferentes según el animal a ordeñar; a veces, incluso, según el cuarto ordeñado y, a veces, también, para un animal determinado, variable en el tiempo, a medida que avanza el ordeño.
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