Economía

Agroseguro, 40 años guardando las espaldas del campo español

20/04/2020

Agroseguro (Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados, SA) celebró el pasado viernes 17 de abril su 40  aniversario.


Esta institución gestiona el pool de coaseguro que opera en España para facilitar a los productores la protección del seguro agropecuario desde 1980, año en el que el Consejo de Ministros aprobó el primer Plan de Seguros Agrarios Combinados, que ofrecía coberturas contra los riesgos de pedrisco e incendio, fundamentalmente, y para un número limitado de producciones: cereales de invierno en secano, uva de vinificación, manzana, tabaco y cítricos.

Este sistema fue abriéndose con el paso de las décadas a nuevas producciones vegetales y animales e introduciendo de forma gradual nuevos riesgos y coberturas, lo que llevó a que en 2010 el sistema contara con más de 140 líneas de seguros.

Tal y como recuerdan desde Agroseguro en un comunicado, en la última década se implantó un nuevo sistema de gestión que agrupó por sectores productivos a los diferentes seguros, primero agrícolas y después pecuarios, de forma que, en la actualidad, la práctica totalidad de las producciones agropecuarias pueden asegurarse contra la mayoría de los riesgos que pueden afectarles.

Así, la cartera de seguros agropecuarios comprende en la actualidad 44 líneas de seguro diferentes (28 para cultivos, 12 para producciones pecuarias, 3 para producciones acuícolas y 1 para forestales), dentro de cada una de las cuales es posible elegir entre varios niveles (módulos) de cobertura y entre varias opciones de condiciones.

“A lo largo de sus 40 años de funcionamiento, el seguro agrario, gestionado por Agroseguro, ha contribuido a la protección efectiva de los productores frente a eventos climáticos de carácter catastrófico caracterizados por un elevado volumen de pérdidas”, señalan desde la Agrupación en un comunicado.

Entre las claves del éxito del sistema español de seguros agrarios, Agroseguro señala la colaboración público-privada con la administración pública, en concreto con la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa), que “promueve un diseño de las coberturas que se ajuste específicamente a las necesidades sectoriales –mediante  su discusión en foros multilaterales con participación de aseguradoras, de representantes de agricultores y ganaderos y de las comunidades autónomas–, y, por añadidura, subvenciona de forma muy importante –como adicionalmente hacen también las comunidades autónomas– el coste del seguro que ha de afrontar el productor; y las entidades aseguradoras, por su parte, desarrollan y comercializan las coberturas y aportan la técnica y la solvencia que les son propias, garantizando las siniestralidades potencialmente extremas con el apoyo, además, de una protección de reaseguro público a cargo del Consorcio de Compensación de Seguros”.

Según Agroseguro, “este sistema ofrece grandes ventajas tanto para el sector público, que puede presupuestar y limitar sus aportaciones –la valoración profesional de los daños permite ajustarlos mejor, y las desviaciones son asumidas por el coaseguro– como para el sector productor, que disfruta de una garantía que se ajusta a las pérdidas reales y que no depende de inciertas ayudas públicas ad hoc”.

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